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martes, 4 de julio de 2017

Reseña: Kallocaína - K. Boye

KALLOCAÍNA: KARIN BOYE


Autor: Karin Boye
Editorial: Gallo Nero
Páginas: 219
ISBN: 9788493856885


SINOPSIS

Leo Kall es un científico que vive en Ciudad de la Química número 4 con su mujer e hijos. Trabaja para el Estado y en con sus investigaciones desarrolla un suero, -o droga-, que desinhibe a las personas que la toman, les hace expresar lo que sienten sin temor a represalias. Primero la prueba en voluntarios para después poder aplicar a la población. 





Leo muchas reseñas de libros en blogs diferentes y muchas veces acabo comentando que el libro en cuestión no es de mi estilo... he dejado atrás esa fase donde podía leer cualquier cosa, ahora poder puedo igual, pero no quiero. En pocas ocasiones dejo que alguien me convenza para leer un libro y de pocos criterios me fío ciegamente... no sé si por repelente, que lo soy, o porque cada vez tengo más asumida esa frase: "So many books, so little time" y claro, porque desperdiciarlo si ya veo que ese libro no me va a gustar...

Luego por el contrario, leo determinadas palabras en alguna sinopsis y aparto todo para leer ese libro, ¿qué cuales son? pues por ejemplo, régimen totalitario, distopía, antiutopía... la verdad es que disfruto mucho leyendo sobre sociedades no deseables, donde los ciudadanos están sometidos por un gobierno que rige absolutamente su vida.
Por ello, cuando leí sobre Kallocaína pensé que tenía que leerla lo más pronto posible y aquí estamos, con una distopía más a la espalda y con ganas de otras.

Karin Boye para escribir esta novela se inspiró en el apogeo del nacionalsocialismo en Alemania, fijaos como de mal veía la situación que se suicidó (1900-1941) cuando el fascismo llegó a Grecia, país que adoraba y al que se trasladó desde su Suecia natal.

Hay varias distopías muy conocidas: 1984 de George Orwell (1949), Fahrenheit 451 de Ray Bradbury (1953), Un mundo feliz de Aldous Huxley (1932) y Nosotros de Zamiatín (1921), de las que yo he leído todas menos la última (de momento). 


 


Kallocaína se publicó en 1940, un año antes de la muerte de su autora y como véis la situamos en medio de las cuatro que os he anotado, y debo decir que tiene muchas similitudes con 1984, vamos que Orwell sacó muchas ideas del libro del que os hablo. 


 


En la novela, Leo Kall es quién nos cuenta la historia y nos dice que ocurrió cuando él contaba con 40 años, también nos cuenta que ahora mismo está encerrado, no le dejan salir pero sigue trabajando. 
Este inicio de novela nos puede hacer pensar que Leo es una persona antisistema, que es contraria a lo que el Estado promulga, pero nada más lejos de la realidad, ya descubrimos en la sinopsis que él es quien inventa el suero para que el gobierno pueda usarlo, él le ve numerosos beneficios a su uso ya que con este suero, nadie podrá reberlarse contra el sistema y lo que este establece. 

Así pues, él está totalmente integrado en el sistema totalitario, entregado a él y por eso resulta todo más inquietante y más desestabilizador para él, ya que de forma casi casual empieza a cuestionarse los principios que le han inculcado, esas reglas que hasta el momento le parecían necesarias y deseables. 

A medida que avanza la historia, asistimos a la evolución de nuestro protagonista que al inicio acepta y tolera las intromisiones del Estado, por ejemplo, la separación de los hijos porque estos son enviados a campamentos especiales, la observación absoluta de la persona en todos sus ámbitos, tanto en el trabajo, como el hogar, incluso en la vida conyugal, la distribución de las personas en ciudades creadas para desarrollar una tarea concreta, el hecho de que si faltan hombres o mujeres a una determinada ciudad se envíen desde otras y los padres deban aceptarlo alegremente por el bien de la sociedad... y como no, todas estas normas llevan a que haya personas contrarias a ellas, por lo tanto habla delaciones abundantes, se tendrá que hablar siempre delante de testigos para que luego nada se pueda malinterpretar...

El escrito de Leo es como una confesión que nos hace llegar de todo lo que ocurre y de todo lo que el Estado hace por el bien de los conmicites (así se llama a los ciudadanos).

Será durante las pruebas de efectividad de su droga, que Kall descubrirá a una serie de personas que escapan al control del Estado, pero no suponen realmente una amenaza visible, así probando su droga y desarrollándola atará aún más a los conmicites al Estado pero también descubrirá los sentimientos que alberga en su interior y empezará una lucha interna, lo que él cree que debe ser con lo que siente en realidad, todo le generará dudas ya que él considera que el estado totalitario es necesario, que protege al ciudadano aunque tenga que sacrificar parte de su libertad a cambio de la protección que recibe pero a la vez empieza a pensar que las cosas podrían cambiar, que lo que tiene no es lo que desea y que el mundo en el que vive no es real. Entonces las nuevas ideas contrastarán con las anteriores que lleva años asumiendo sin cuestionar.

Es un libro que tiene un ritmo algo lento, ni siquiera al final aumenta, tampoco hay muchos momentos de tensión, vaya que lo que nos va a atrapar es la historia por lo que cuenta y representa pero no lo hará con un desarrollo rápido e intenso ni con una historia trepidante llena de situaciones tensas.
No encontramos tampoco demasiado diálogo, cosa que daría más rapidez a la novela, si leemos en cambio excelentes descripciones realizadas con un vocabulario cuidados y agradable a la lectura, se nota en el libro que Boye a parte de novelista era también poetisa.

La autora nos trasmite una crítica contra las sociedades controladas por el Estado, donde la voluntad individual se sacrifica en pos del bienestar común, a través de Leo nos mostrará como a pesar de la sumisión total, encontramos sentimientos de libertad dentro de cada persona, quiera o no.

Boye ha dedicado bastante tiempo y páginas a la contextualización, al desarrollo de la ciudad, a explicarnos como funciona el control del Estado, como es la vida de los cnmilites y como les afecta y actúan, vaya, que no todo se centra en las percepciones y sentimientos de Leo, también hay esa buena ambientación que nos hace imaginarnos un poco como la vida puede llegar a desarrollarse, es de esta manera que nos consigue horrorizar, que nos hace pensar como viviríamos nosotros esa situación, si la aceptaríamos y como, si lucharíamos contra ella y como.

Es un libro bien escrito, con un lenguaje cuidado y con un personaje principal bien desarrollado que puede llevar el peso de la novela y que va cambiando a medida que esta avanza. Eso sí, los personajes secundarios empiezan a adquirir algo de peso al final, a medida que Leo cambia van importando los que le rodean, sobretodo su mujer y su superior en los experimentos que lleva a cabo. No están de todas maneras bien desarollados ya que el interés de la autora se centra en el que cuenta la historia, dejando a los demás un poco desangelados, pero bueno, también debemos pensar que no estamos delante de una novela larga y a veces se tiene que priorizar.

Es un libro muy recomendable, si os gustan las distopías debéis leerlo y si no habéis probado con el género, no es una mala opción, siempre pensando que es anterior a la famosa novela de Orwell y a la de Bradbury.
Lo mejor de la novela es la sensación que nos deja al terminar, esa inquietud que nos produce pensar en como Kall vive el nacimiento de una consciencia individual y autónoma, como lucha contra ella, de la misma manera que el Estado lucha también contra esa misma consciencia pero a nivel de ciudad o de país.

La diferencia de Kallocaína con los otros libros antiutópicos es que aquí la concepción de dictadura es algo inherente en la consciencia individual. Y como no, tenemos que pararnos un poco y comparar el futuro que plantea Boye con el que vivimos actualmente, es verdad que nos puede parecer exagerado su futuro gris y deprimente, pero a día de hoy estamos ya controlados de varias maneras por el Estado y cada vez cedemos más nuestras parcelas de libertad en pos de efímeros beneficios, por ejemplo, a través de las redes sociales, ¿o no?


VALORACIÓN:






Por si os interesa leer algunos fragmentos del libro, escribí hace unos días una entrada con textos que saqué de la lectura, podéis leerlos aquí. 




13 comentarios:

  1. Cito lo que haz dicho "So many books, so little time". Este estilo de libros no es mucho de mi estilo, y creo que aunque podria darle una oportunidad, el tiempo no me alcanza:/ Gracias por la recomendacion de todas formas!

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  2. Realmente no entiendo por que, pero este tipo de historias distópicas al igual que las de misterio, prefiero escucharlas que leerlas, las tomo más como leyendas que como lectura recreativa, es que de verdad se me hace muy difícil leer este tipo de historias.

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  3. El tiempo no me alcanza para leer todo lo que quisiera y aunque este libro no es muy del estilo de los libros que suelo leer, por tu reseña me parece una idea interesante. Me lo apunto por si alguna vez tengo un ratito.

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  4. Entre tanta distopías que existen, al igual que tú, decidí conocer las que dieron el origen a todo. Hace poco leí Un mundo Feliz y ahora leo Fahrenheit 451. Sobre Kellocaina, no había oído de él y no lo he visto en las librerías ni de viejo, porque tendré que anotarlo y dejarlo para las lecturas digitales pero al final, sobretodo con eso de que tiene ese ritmo lento.
    Gracias por la reseña.

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  5. Gracias por tu reseña y opinion personal. Antes yo era así jaja podía decir ese no es mi género o mi estilo de lectura (y realmente me apega el discurso y ni por equivocación leís algo más), después ya me abrí y leo de todo pues me gusta que la gente adquierá el hábto de la lectura.
    El libro que nos comentas, sería uno de los que antes diría que no jajaja pero ahora me parece interesante, Kellocaina no lo había escuchado normar pero lo tendré entre mis libros próximos a adquirir para mi acervo. Muchas gracias

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  6. Pues no suelo leer novelas de estilo político pero está tienen muy buena pinta. Me gusta como la autora ha creado la ciudad. Un libro que me gustó mucho de éste estilo y de George Orwell es Rebelión en la Granja. No sé si lo has leído porque no lo nombras pero sino te lo recomiendo.

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  7. Yo tampoco suelo leer novelas de tipo político pero lo del suero me ha parecido interesante y diferente. Parece un argumento de película con una trama política. No dispongo de mucho tiempo pero tampoco descarto leerlo, está claro que es un libro diferente y a veces apetece leer algo fuera de lo común. Gracias por compartir tu opinión sobre esta lectura.

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  8. La verdad es que actualmente hay tanta oferta de libros que a veces me siento saturada con tantas propuestas, sin embargo este si llama mi atención por ser un género que disfruto mucho y eso de ser antisistema también me atrae, como no cuento con mucho tiempo para la lectura también soy muy selectiva, este libro que propones me ha gustado, gracias por la reseña.

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  9. No había escuchado sobre este libro. Sin embargo creo que estaría abierta a darle una oportunidad dentro de los libros que me gustaría leer sólo por la reseña que le haces. Gracias por la recomendación

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  10. No había escuchado sobre este libro y parece súper interesante!!! Me apuntaría a leerlo, como primera novela de este género creo que ya me llama bastante la atención!!! Excelente reseña! :)

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  11. Hola! Veo que no se publicó mi comentario que hice temprano. Lo volveré a escribir.
    Me atrapó el conflicto interno del protagonista el cual claramente era todas las emociones que estaba viviendo el autor. Me gusta la manera en la que escribes porque haces un claro resumen y pones tu opinión de manera asertiva del libro. Espero con ansias tu próximo post. (Tu mejor versión)

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  12. Esta reseña me dio ganas de leer el libro! La manera en la que escribes y hablas sobre el libro capta la atención de todos los que sogub tu blog felicidades !

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  13. La verdad es que creo que podría ser un experimento muy interesante si se hiciera real porque en muchas ocasiones cuanto mejor nos iría si nos manifestásemos tal y como somos. Una pena que se nos censure y para eso no hacen falta sólo los totalitarismos, muchas veces nuestros más cercanos son quienes lo intentan, lo dicho, una pena. Un título interesante aunque no para vacaciones jajaja, muaksss

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