martes, 24 de marzo de 2020

El flautista de Hamelín - El traje nuevo del emperador

De vez en cuando me apetece leer alguno de los libros que se supone que debería haber leído de pequeña. No sé si en su día leí estos dos cuentos pero creo que como todxs conozco el argumento, aunque luego no hubiera leído la historia en sí. 
Creo que además está bien que suba la reseña este día en el que la mayoría de la población está encerrada en su casa y hay muchos niños que pueden disfrutar de un cuento contado por sus padres y sobre el que luego puedan debatir largamente. Es cierto que hay libros recientes, pero estos clásicos tampoco deben perderse. 

Y sin más, vamos a las dos fábulas que hoy os quiero reseñar: 




EL FLAUTISTA DE HAMELÍN de Jacob Grimm.



Los hermanos Grimm coleccionaron y posteriormente publicaron cuentos populares orales y a ellos debemos dar las gracias a la hora de poder contar con muchos de ellos.

El argumento de este cuento creo que es bien sencillo y como decía al inicio, lo conoceréis todxs. 
En una ciudad llamada Hamelín sufrían una plaga de ratas y cuando ya estaban desesperados por esta situación, apareció en la ciudad un desconocido que ofreció sus servicios para librarse de ellas.
Aceptaron sus condiciones económicas y él enseguida empezó a tocar su flauta. Entonces todas las ratas salieron de sus escondites, le siguieron y él las llevó hacia el río donde murieron ahogadas.
Cuando el flautista fue a cobrar su dinero, se lo negaron. 
Él, muy enfadado, empezó a tocar de nuevo su flauta y esta vez se llevó a los niños, no al río sino a una montaña donde desaparecieron en una cueva que se cerró a sus espaldas.

Mi versión tiene un final hasta cierto punto dulce pues en otros se dice que se ahogó a los niños también. 

Así pues, la versión que he leído yo, firmada por Jacob Grimm, es apta para todos los públicos y creo que puede ser una lectura muy interesante para leer con  los niñxs y más estos días de encierro.

Es interesante leerlo por los valores que podemos apreciar en la narración y de los que luego se puede hablar con los más peques. Sobretodo se toca el tema de la confianza, la honestidad, la necesidad de cumplir con aquello que prometemos, la avaricia, el miedo... 
El flautista y el alcalde confían el uno en el otro a la hora de librarse de la plaga, pero una vez hecha la tarea, el gobierno rompe con la palabra dada, por avaricia y no querer deshacerse de un dinero cuando el problema ya está solucionado.
El miedo está desde el inicio al fin, primero a las ratas y a las pérdidas que estas causan, después a la pérdida de poder por no ser capaces de gestionar los propios problemas y luego, miedo de no recuperar a lxs hijxs.

A la vez, podemos deducir que los peques e incluso los animales, no deben hacer caso de las palabras dulces de los extraños pues estos de los pueden llevar lejos de su familia y de aquellos que les quieren.

Ya veis que de una sencilla historia, que se puede leer en media hora como máximo, podemos sacar muchas moralejas y enseñanzas. Y como no, tenéis ya una noche entretenida disfrutando de un buen cuenta y de la conversación posterior.

EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR de Hans Christian Andersen. 



Este es otro cuento de rápida lectura, como el anterior, pero del que podemos sacar también varias moralejas. Fue escrito en 1837.

La historia es muy curiosa y empieza cuando conocemos a un rey extremadamente vanidoso, solo preocupado por su vestuario. 
Unos picaros se aprovechan de esa debilidad y le cuentas que ellos fabrican trajes maravillosos con telas mágicas que son invisibles para todas aquellas personas que desarrollan un cargo para el que no están preparados (hay otras versiones que dicen que solo pueden verlo aquellos hijos de su padre).
El emperador, como no, quiere ese traje pero antes de ir a verlo manda a varios ministros. Estos nunca reconocen que no ven nada ya que no quieren dejar su trabajo, a pesar de que solo ven a los sastres trabajando con los telares vacíos.

Cuando el monarca se da cuenta que no ve la tela, tampoco lo puede admitir y se ve obligado a salir desnudo a un desfile, creyendo eso sí, que los otros lo ven vestido pues nadie se atreve a decir que no ve nada.
Es entonces cuando mientras desfila, un niño grita que el monarca va desnudo. Y entonces todos los demás lo corean también y el rey se da cuenta de que tienen razón, pero levanta la cabeza y termina el desfile. 

El cuento me hace gracia, sobretodo por esa actitud final del monarca de no poder reconocer que está equivocado. Además hace poco leía sobre estos experimentos psicológicos que se hacen para ver si alguien es capaz de enfrentarse a los demás dando una opinión que no es la de la mayoría. Y esta fábula trata sobre eso, cuando la mayoría de observadores de un hecho decide compartir la ignorancia colectiva aunque en su interior reconozcan que la situación es absurda. 

Así pues, como en el cuento anterior, hay varias enseñanzas que podemos sacar después de su lectura. Lo primero y más importante: no debemos creer algo porque muchos digan que es así. Tenemos que ser valientes, honestos y expresar nuestra opinión aunque sea contraria a la de los demás. 
Parece sencillo pero creo que todos sabemos lo que cuesta cuando un buen número de personas opinan algo llevarles la contrario y más si admiramos a esas personas o están por encima nuestro, como en el caso del monarca que podría ser un jefe que tengamos, maestrx...

Ya veis que de las dos historias se puede sacar mucho juego, y seguro que las dos van a encantar a vuestros peques y más si los leéis y comentáis con ellos.

Espero que las dos reseñas os puedan ayudar a ocupar un par de noches o tardes de este confinamiento forzoso pero necesario que estamos sufriendo todos.

Hay muchos libros infantiles, cuentos, fábulas que pueden entretener y a la vez, de la que se puede sacar una enseñanza. 

Así que, no dudéis a la hora de elegir estas dos historias, las podéis encontrar por internet pues tienen ya muchos años. 

Recomendado totalmente tanto para adultos como para los más peques.



VALORACIÓN:






11 comentarios:

  1. ¡¡Holii Olgi!!
    Seas mayor o pequeña, uno puede leer los cuentos que quiera. Yo leí por primera vez The Polar Express con 25 años, con esto te lo digo todo. Y cuando empecé con el inglés, para practicar me iba leyendo cuentos infantiles ¡¡jajaja!!
    ¡¡Bssos!!

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que lo he leído al menos tres o cuatro veces, hay cuentos que lees sola por primera vez y luego los lees a tus hijos, sobrinos, es decir que no molesta tener que leerlos varias veces. Me has traído muchos recuerdos. Besos

    ResponderEliminar
  3. Hola! estos los leei cuando era pequeña y me gustaron mucho! El traje nuevo del emperador me gusta mas que el Flautista de Hamelin. No hay edad para leer cuentos y estos dos son un ejemplo, son unos clasicos que todos deberian leer. Besos

    ResponderEliminar
  4. Dos libros que he leído y que guardo muy adentro, quizásvpor el momento en el que los leí, que además de gustarme bastante los tengo como muy en mi memoria

    ResponderEliminar
  5. Holaa
    Qué bonitos recuerdos me has traído con El flautista de Hamelin. Yo de peque era súper fan de los Hermanos Grimm, de hecho fueron los primeros libros que aprendí a leer y me los sabía de memoria. Estoy de acuerdo contigo en que es para todas las edades.
    Besotes

    ResponderEliminar
  6. ¡Hola!
    Conocía ambas fábulas, aunque ahora dudo de cual era el final que conocía yo del Flautista de Hamelín, solo me suena que nunca más volvieron, y nada más, así que tendré que rescatar el cuento, porque creo que lo tengo por casa.
    El de El traje nuevo del Emperador, a pesar de ser quizás un cuento infantil, lo leímos en un taller de psicología de la facultad, en el que tratamos el poder de las mayorías.
    Besotes

    ResponderEliminar
  7. Siempre me gustaron los cuentos, esas historias que nos daban cierta lección y por la cual uno simplemente soñaba. Entre mis favoritas estaba el flautista de Hamelin, aunque confieso que en mi historia las ahogadas fueron las ratas y los niños encerrados en una montaña. Pero bueno siempre al final había final feliz. ¡Vaya que recuerdos me trae!

    ResponderEliminar
  8. He leído cuentos de los hermanos Grimm durante mi infancia y ambos relatos ya los conocía, ya de adulta no me he inclinado por cuentos, aunque para mis hijos compré varios libros de literatura infantil, pero no necesariamente los cuentos clásicos porque en la actualidad hay nuevos autores e historias igual de maravillosas.

    ResponderEliminar
  9. El cuento del flautista de hamelín lo había leído muchas veces aunque no sabía que había dos versiones entre los niños en la montaña y los niños ahogándose en el río... Para contarles a los niños casi mejor que el de la montaña porque con la segunda opción ya no duermen en toda la noche...
    El traje nuevo del emperador me quiere soñar pero no me acordaba bien de la fábula

    ResponderEliminar
  10. ¡Qué bonito reencuentro con estos dos cuentos para niños y adultos! ¡Gracias Olga! Me encanta utilizar este tipo de fábulas con mis pacientes en terapia… son historias que conectan directamente con nuestros valores y principios humanos (las capas más profundas de nuestra cebollita personal). Además re-leer el cuento del Flautista, me ha recordado muchísimo una de las canciones de mi querido Ismael Serrano (tan de actualidad en tiempos tan difíciles como los actuales). Un abrazo y hasta la próxima lecturita!

    ResponderEliminar
  11. Hola wapa! Conozco perfectamente El flautista de Hamelín de todos los dibujos que veia de pequeña y en muchas peliculas o series también le suelen hacer referencia, y del El traje nuevo del emperador también lo he visto el dibujitos una o dos veces, jejeje
    bsss

    ResponderEliminar